Los Inmutables
Los artistas residentes Aggtelek y Rasmus Nilausen participan entre otros en esta exposición comisariada por Jordi Antas y David Armengol.
Los inmutables es la exposición con la que DAFO completa la declaración de intenciones iniciada el pasado mes de abril con El estandarte dorado. Dos exposiciones colectivas que marcan las premisas fundamentales que definen el espacio: una aproximación autocrítica a lo que supone trabajar en arte, una relación con los artistas basada en la experiencia directa y un intento por fusionar escenas artísticas diversas.
En este sentido, Los Inmutables toma como punto de partida el dibujo y la pintura para analizar el carácter inalterable de dichos registros desde una perspectiva conceptual. Un gesto estoico y valeroso – el de seguir pintando en escenarios menos receptivos al trabajo pictórico – que invita a una revisión actualizada de la condición periférica del pintor en la práctica artística actual. Un acto de persistencia que, ya sea desde un punto de vista más paródico y descreído con el propio medio, ya sea desde una lectura más romántica y apasionada, propicia una atrayente proliferación de propuestas pictóricas desde los contextos del arte emergente.
De este modo, y a través de una óptica irónica y flexible, Los inmutables reivindica el ánimo impasible del pintor y el dibujante ante su propio oficio y ante los entornos sociales en los que éste opera. Una puesta en escena en la que, a modo de reacción en cadena, las ambientaciones pictóricas y sonoras de Aggetelek en The Speaker (2011), conviven con la aproximación a la ufología que Raul Díaz Reyes (en este caso en colaboración con la fotógrafa brasileña Paula Muniz) lleva a cabo a través de la fotografía y el dibujo en Visionarios (2011). Un diálogo que continúa con Instrucció en cercle (2010) de Lola Lasurt, una ambigua serie de pinturas pseudo-documentales que la artista extrae de la Enciclopedia de la Mujer editada por Salvat en 1970 y con una intervención mural de Paula Mueller para Los Inmutables. Un relato visual de tintes épicos y tragicómicos que enlaza con las pinturas recientes de Luis Vassallo, tanto con la selección de piezas de Realidad Orgánica Primera (2011) – un juego de relaciones formales, icónicas y simbólicas – como con El organista (2012), un nuevo trabajo de raíz figurativa. Finalmente, la exposición culmina con una nueva producción pictórica de Rasmus Nilausen, una serie de piezas centradas en sus aproximaciones plásticas y conceptuales al género menor del bodegón o naturaleza muerta.
En definitiva, Los inmutables invita a seis enfoques diferentes ante la pintura y el dibujo pero que su vez comparten una actitud común: la de trabajar a través de su potencialidad narrativa y su capacidad crítica ante una realidad excesivamente rígida. Un poder más disfuncional que práctico, más inútil que productivo, pero que es capaz de rentabilizar su escasa relevancia para ofrecer así otras visiones posibles sobre aquello que nos rodea y define.
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