La lente del coronavirus. Texto de Iván Paz
Alguien me dijo que las doctrinas y teorías pueden usarse como lentes, cuya polarización visualiza (con inevitable alteración) una parte del espectro.
Así, a través de la mecánica vemos fuerzas y contraposiciones con la dialéctica.
Estos días, el estudio de los elementos que determinan patrones poblacionales de salud y enfermedad ante un virus lo ha inundado todo.
A través de la epidemiología hemos observado el crecimiento exponencial libre, mitigado y su dependencia de la tasa de propagación. Hemos visto la curva de crecimiento exponencial hasta el cansancio.
El virus, una estructura de RNA tan simple y con una capacidad de replicación que resulta asombrosa. Material genético que solo se replica, el perfecto ejemplo del gen egoísta de Richard Dawkins.
Resulta irónico lo simple de la estructura que contrasta con las complejidades sociales que visibiliza. Ante la saturación de información fue el uso del coronavirus como lente lo que llamó mi atención.
La sencillez del virus hace honor a las medidas de mitigación: quedarse en casa y lavarse las manos, porque la cubierta de lípidos permite eliminarlo con agua y jabón. Medidas tan simples que establecen una clara frontera respondiendo a la pregunta: ¿quién puede hacer esto?
Las siguientes líneas listan las cosas que para mi son más visibles en estos días, fulguran como estrellas, no hay estructura en estas reflexiones, son más una invitación a leer y extraer conclusiones.
El sistema se basa en la circulación continua de bienes y servicios, al punto que podríamos estructurar las distintas estrategias de los países por cómo intentan balancear la producción y el consumo con la salud de quien produce y consume.
La fragilidad del sistema, que parecía robusto hace unos días, tiene que ver con las redes de producción y circulación (por ejemplo gran porcentaje de los insumos para medicamentos de muchos países vienen de la China). Aquí existe un delicado balance entre la soberanía de los estados (por ejemplo, alimentaria, de insumos de producción de medicamentos, investigación, patentes, etc.) y el desarrollo de los procesos económicos globales. Algunos autores, señalan cómo estos procesos han permitido las perturbaciones ambientales que propiciaron la existencia del virus (Ver por ejemplo el ensayo Destroyed Habitat Creates the Perfect Conditions for Coronavirus to Emerge, publicado por Scientific American). Un ejemplo por demás tangible es la industria turística (una interesante discusión que sorprendentemente resulta vigente está en el libro de Susan Sontag: Sobre la fotografía).
Por otro lado, se visibilizan las inequidades sociales que, estando ahí antes de la epidemia, dividen a la población en aquellos que pueden aislarse, manteniendo un “cluster” cerrado de contactos, con los que no. Además, las diferentes realidades sociales (no solo en infraestructura de salud sino en los pasados históricos de cada país) permiten observar las diversas formas que toma el aislamiento (llamado confinamiento, sana distancia, lockdown o social distance y todas las otras formas de nombrarlo).
Al anunciar las medidas (ya sean de prevención o mitigación), los discursos políticos visualizan los imaginarios colectivos a través de las imágenes a las que apela cada estructura política. Por ejemplo, las metáforas de guerra (¿contra un virus?) que se ha usado en algunos países europeos, los nacionalismos, o las comunicaciones que apuestan a ser más informativas en distintos niveles.
Se visibiliza también el nivel de federación o autonomía de las regiones que componen los estados nación, y a qué sectores de la población y cómo se estructura cada discurso político.
En México, por ejemplo, se han utilizado las descripciones técnicas de los PCR (Polymerase chain reaction, que permite amplificar una parte del material genético para encontrar al virus) para explicar las limitaciones de las pruebas rápidas o porqué se usa el sistema de muestreo “centinela”. Sin embargo, poca claridad existe en lo que respecta a los decretos que protegerían los empleos de la gente de los despidos. En algunos países, pese a que he visto innumerables comunicaciones oficiales, no he visto una sola gráfica o una explicación clara de la estrategia de muestreo utilizada.
A su vez, la implementación de las medidas dejan ver las rutas de comunicación de los estados con la gente, por ejemplo en número de personas que tienen una cuenta bancaria. Hay países que han transferido dinero a sus ciudadanos. Y otros que lo han hecho a través de las compañías. Además los últimos días han dejado ver los procesos de control que podrían aparecer en algunos países, por ejemplo, en las aplicaciones para teléfono móvil que los ciudadanos instalan y que permiten geolocalizarlos. Ya Marina Garcés tiene algún texto titulado El control social será un dels grans guanyadors de la pandèmia.
Gente en todo el mundo llama a este un momento de transición. Arundhati Roy compara la pandemia con “un portal” desde el que entraremos a una nueva era. El elemento clave para mí es cómo cruzaremos este portal. Cuando la curva se doble y la normalidad cubra lo que vemos a través de la lente de coronavrirus, quedarán las secuelas: los muertos, las deudas, la gente sin trabajo y también aquellas compañías que han crecido con este proceso. Quedarán todas esas visiones de las estructuras sociales que habrán pasado como en un sueño. Quedaremos quienes, a través de la inmunidad de rebaño, la suerte o el aislamiento nos encontraremos cruzando este portal.
Barcelona, 7 de abril de 2020
Iván Paz es miembro del colectivo en residencia Toplap.
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