La voz Frankenstein

“We will be monsters, alone in the world, but we will have each other”
Mary Shelley, Frankenstein

De aquí a un tiempo nos parecerá increíble –en cuanto premonitorio– pensar que iniciamos un programa llamado Ficciones del des-orden poco antes de la pandemia del coronavirus… Pero así es, y estamos dispuestxs a seguir revolviendo el desorden al que apelábamos. Desde nuestros confinamientos, desde esta suerte de ficción realizada, proponemos la lectura de Frankenstein de Mary Shelley. Convocamos a las personas interesadas a escoger un párrafo del libro, leerlo en voz alta y grabarlo en un archivo en formato audio. Cada una de las grabaciones servirá para componer una voz Frankenstein colectiva que recogerá una multiplicidad de timbres, tonos, acentos, ruidos y cadencias. Una voz más allá de nuestros cuerpos, a modo de “voz acusmática” (Michael Chion), cuyo origen será difícil de localizar y cuya identidad se diluirá en muchas. Humanos y máquinas formarán aquí una sola entidad hasta generar un cuerpo multiconectado y vivo, capaz de producir una voz material capaz de archivarse, filtrase, sintetizarse, loopearse, samplearse, distorsionarse, mezclarse y auto-organizarse ad infinitum. Una voz Frankenstein que incorporará muchas, transformándose y nutriéndose de una multiplicidad de flujos y ensamblajes humanos y no-humanos. La creación de esta voz Frankenstein supone al mismo tiempo una invitación a adentrarnos en el relato de Mary Shelley y en los conflictos que la modernidad plantea, y que esta nueva crisis del coronavirus ha dejado al descubierto.

Son muchas las razones que nos han llevado a escoger este texto. Frankenstein nos habla de los delirios de dominación de la naturaleza por parte del ser humano a través de la ciencia y la tecnología, en lo que vino a ser un cuestionamiento precoz de los fundamentos de la modernidad y del capitalismo incipiente. No por casualidad, Mary Shelley tituló la novela Frankenstein o el moderno Prometeo. Numerosxs autorxs contemporánexs (como Bruno Latour en Love your Monsters o Donna Haraway en Staying with the Trouble, por nombrar solo dos) han hecho referencia a esta novela para cuestionar el reto de la modernidad, la fe en la tecnociencia y las relaciones con la otredad, para defender la necesidad de abrazar lo monstruoso, lo extraño y generar procesos de “composición” (Isabelle Stengers) de un “nosotrxs” que solo puede surgir de las luchas situadas, y que requiere que comenzamos a pensar y actuar no como sujetos autosuficientes sino a través de vínculos asimétricos con una otredad no necesariamente humana.

Así, hacemos aparecer a Frankenstein para desordenar algunas dicotomías y recordarnos, una vez más, las consecuencias de nuestra acción. Porque su relato conecta de manera acuciante con la realidad-ficción que estamos viviendo desde nuestras casas. Mary Shelley escribió Frankenstein en un momento de confinamiento similar al actual. En 1816, recordado como el año sin verano debido a los efectos que la erupción del volcán Tambora provocó en el clima, los Shelleys formaban parte de un pequeño grupo de amigos invitados por Lord Byron. Confinados en una villa del lago Lemans debido a las inclemencias del tiempo, Lord Byron propuso que cada uno escribiera su propio relato de terror. Así nació Frankenstein, considerada por muchxs la primera novela de ciencia ficción y que daría origen al género fantástico en la literatura. Era Ursula K. Le Guin quien –al hilo de la novela de Mary Shelley– rememoraba que el término fantasía viene del griego phantasia, que literalmente quería decir “lo que se hace visible”. Por efecto de la metonimia, la palabra fue cambiando de curso hasta pasar a significar la imaginación misma.

En estos momentos de confinamiento en los que dependemos de las tecnologías para mantenernos socialmente conectadxs, resulta oportuno preguntarnos asimismo sobre el papel de éstas. Ahora quizá más que nunca nos vemos convertidxs en sujetos orgánico-tecnológicos, en seres aislados, en Frankensteins, transfiguradxs en el monstruo y el doctor al mismo tiempo –en la novela, Frankenstein es el nombre del científico aunque en el imaginario colectivo ha permanecido como el del monstruo–. Y es que también Frankenstein opera como metáfora de esa otredad, de ese conjunto externo a nosotrxs que se ha visto amplificado por nuestro aislamiento, y que frente a la amenaza del virus se aparta y se teme aún más si cabe. En definitiva, se antoja ineludible revisitar Frankenstein como espejo de los conflictos contemporáneos y la realidad más inmediata para reverberar una larga lista de paralelismos y resonancias.

Paula Bruna, Carolina Jiménez y Agustín Ortiz Herrera. Equipo motor desde el cual se piensa –con otrxs– el programa Ficciones del des-orden.

 


¿Cómo participar?

1- Escoge un texto de máximo 10 líneas de una de las versiones de la novela en castellano e inglés que facilitamos (la versión catalana no está bajo licencia libre). Pero puedes leer el fragmento en voz alta en el idioma que prefieras.

2- Graba el audio y guarda el archivo de la siguiente manera: [tres primeras letras de la versión utilizada] + [tres dígitos de la página donde sale el texto elegido]. Por ejemplo: CAS234 (versión en castellano, página 234), ENG005 (versión en inglés, página 5)

3- Sube el archivo de audio aquí. Password: Mary Shelley

4- Envía un mail a carolina(at)hangar.org con el asunto “La voz Frankenstein” para confirmar que has cargado tu archivo. Para facilitar la recolección de voces, por favor, indica la versión utilizada (CAS o ENG) y la página del texto leído, siguiendo la misma fórmula con la que has gustado el archivo: [tres primeras letras de la versión utilizada] + [tres dígitos de la página donde sale el texto elegido]. Por ejemplo: CAS234 (versión en castellano, página 234), ENG005 (versión en inglés, página 5)

Recolectaremos los audios recibidos y los organizaremos para que la voz Frankenstein se amplifique y adquiera diferentes formas y formatos. Compartiremos la voz o voces Frankenstein resultantes en esta web, acreditando a lxs participantes desordenadamente, o siguiendo un orden tan aleatorio como el alfabético. Si quisieras mandar tu voz, pero prefieres que quede no constancia de tu participación, por favor, indícalo en el mail.

Fecha límite para la recepción de archivos: domingo 17 de mayo

Acceso a la novela:

 

Nota biográfica sobre la autora:

Mary Shelley nació en Londres en el contexto cultural del Romanticismo y en la incipiente Revolución Industrial. Su madre murió cuando sólo tenía once días y fue educada por su padre, el filósofo William Goldwin. Mary creció amando los libros, especialmente los escritos por su madre, la filósofa y escritora feminista Mary Wollstonecraft, que la influyeron enormemente. Conoció al poeta Percy Shelley, de quien se enamoró y con el que huyó a Suiza. Cerca de Ginebra, en 1816 los Shelley pasaron un verano confinados en una villa con Lord Byron, John William Polidori y Claire Clairmont. Durante ese confinamiento Mary Shelley concibió Frankenstein y Polidori, médico, su relato El vampiro, que daría origen al arquetipo del vampiro romántico. Liberal y abolicionista, Mary Shelley podía llamar al boicot al uso de azúcar por su conexión con el tráfico de esclavos, al tiempo que seguía de cerca las noticias que llegaban de la revolución de Haití.

Bibliografía y filmografía relacionada:

 

*Collage de Agustín Ortiz Herrera

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