Tamara Kuselman inaugura “Un Futuro Certero”
La propuesta se articula en el marco de otros trabajos que Tamara viene
realizando sobre nociones como confianza, futuribilidad, incertidumbre y
esfuerzo.
El
proyecto comienza con una decisión: todos los contenidos de la
exposición serán delegados a un vidente. A partir de esta premisa
inicial, que podría entenderse como una suerte de ausencia programada de
autoría, se desencadena un proceso sinuoso que se extenderá durante un
año. Tamara irá rastreando profesionales de la videncia para
solicitarles un plan detallado de trabajo y finalmente se entrevistará
con una adivina que proporcionará una visión concreta del espacio
expositivo. La artista durante meses producirá estas piezas y montará la
exposición de la manera más minuciosa y fiel posible. Pero cerca del
final comenzarán las dudas sobre la pertinencia del gesto y la necesidad
de intervenir en la situación.