El desliz. Ion Macareno & Quim Packard. DAFO

imagen-difusión-copia6-410x208

Inauguración: sábado 23 noviembre, de 12 a 15h en DAFO

Ya sea un resbalón, un descuido, un desacierto, un fallo involuntario o un faux-pas como se diría en francés; ya sea prácticamente un instante minúsculo, el alcance de un desliz, -entendido como acto fallido- incorpora tal velocidad ante el desarrollo de la acción, que se vé arrastrado de la duda al entusiasmo, pasando por el ridículo, el absurdo, el delirio o la saturación en cuestión de escasos segundos. Una intensidad que atrapa al espectador y que acompleja al descuidado/a a modo de proyección subjetiva y que enfrenta durante unos breves segundos a un estado latente, mientras se analiza el grado de gravedad y de repercusión de tal acto.

Un suceso, el de un vulgar desliz que, desde un análisis desenfadado y una actitud desdoblada, toma como punto de partida algunos juegos de contrarios: el pesimista y el entusiasta, el cómico a la vez que el peligroso incluso violento, o la combinación entre la malicia y la inocencia que este tipo de situaciones desbordan. Experiencias mínimas o tal vez exageradas que, mediante el trabajo de dos artistas, Ion Macareno y Quim Packard, confrontan un diálogo cruzado a partir de ciertos intereses compartidos como el error, el fallo, la broma, el reto absurdo, o el retorno a lo esencial. Una puesta en crisis que ya sea a través de las instalaciones escultóricas del primero, o los dibujos, instalaciones y acciones del segundo, genera una tensión latente determinada por este tipo de acciones propias de nuestro entorno inmediato desde una doble posición: por un lado el ensayo a modo de relatos sobre la condición humana y sus debilidades y, por otra, la exaltación de lo insólito y extraordinario ante una actitud irónica delante del acto fallido.

Ion Macareno toma como punto de partida el campo del ensamblaje combinando diferentes registros como el dibujo (acuarelas) y la serigrafía, que le sirven para esquematizar y trasladarlo al terreno de lo escultórico. A partir de construcciones mínimas, establece a modo de guiño, una particular revisión de la escuela vasca, encaminandose hacia recursos que destacan por su simpleza, y que devienen fundamentales en el desarrollo de su trabajo, centrandose en una labor obsesiva de taller, que refuerza con sus dibujos de baja espectacularidad y de relatos antiépicos.

Quim Packard parte de diferentes manifestaciones de la búsqueda de lo esencial como el retorno a lo natural, el grunge o el neo-folk, el movimiento DIY, entre otros, para investigar su terreno político. Construyendo un puente entre estas lineas de pensamiento y el espacio expositivo -que también considera un punto clave de este terreno ideológico- utiliza el mito de la espontaneidad o el juego parcialmente banal como una herramienta para insertar estas conexiones. Tanteando entre una ironía posmoderna y el entusiasmo moderno a partir de sus dibujos desarrolla diferentes procesos de trabajo que se articulan en registros tan variados como talleres, performances, instalaciones, sketches de teatro y conciertos.

agradecimientos:
galería nuble, múltiplos, fundación sorigué, molde, centro de arte la panera

Uso de cookies: Utilizamos cookies en este sitio web para mejorar su experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. ACEPTAR

Aviso de cookies